La peor infidelidad. Descubre en que situaciones existe.

¡Qué dolorosa es una infidelidad! Sobre todo cuando la practicas para ti, cuando te lastimas y te traicionas para pertenecer o complacer a otras personas.

Por Montserrat Rivera Sena

“Debo de ir”, “debo de hacer”, “debo de seguir” y un sin fin de “debo de…” Generalmente cuando “debemos de…”, nos estamos “obligando” a hacer, decir, escuchar, convivir, aceptar, sentir.

Nos estamos presionando a vivir lo que NO nos apetece, nos estamos forzando a tener una vida que no nos provoca éxtasis, felicidad, tranquilidad, paz ni bienestar.

Cuando nos traicionamos, nos quedamos a deber atención, cuidado, protección y cariño. Terminamos debiéndonos demasiado. Y muchas veces, lo que sucede es que con rabia, nos cobramos caro eso que nos quedamos a deber. Después andamos en el día a día con mucha furia, sin saber por qué y teniendo actitudes agresivas con nosotras mismas y con otras personas.

Te traicionas y te eres infiel cuando:

• Inviertes tu tiempo y energía en convivir con personas que no son de tu agrado, que te estresan, que sus conversaciones no te interesan y que quizá hasta te utilizan de bote de basura platicándote toda su triste y terrible vida.

• Ocupas la mayor parte de tu tiempo en actividades que son muy desagradables para ti, que te provocan tristeza, enojo, malestar, frustración y hasta enfermedades.

• No ocupas tu tiempo en actividades que te dan alegría, gozo, bienestar, que cultivan tu conocimiento e interés, que te inspiran y expanden tu corazón.

• Prefieres cuidar de otros y otras, antes que cuidarte a ti.

• Prefieres atender las necesidades de otros y otras, antes que las tuyas.

• Asistes a eventos o lugares a donde en realidad no quieres ir, pero consideras que no puedes “incumplir” con el compromiso.

• Te conformas con lo que llega a tu vida sin intentar que tus sueños y deseos sean una realidad.

• Comes lo que no te gusta. A veces “por educación” nos comemos lo que nos ofrezcan aunque no nos agrade.

• Cedes ante las opiniones o filosofías de los demás sin considerar las tuyas.

• Dejas de lado tus valores éticos para complacer a otras personas.

• Aceptas situaciones que sabes que no van contigo o que te pueden lastimar.

• Te vistes como no te agrada o como otras personas te sugieren hacerlo.

• Inviertes tu vida en una pareja que no amas o que no es la persona que deseas a tu lado.

• Inviertes tu vida con una pareja que sabes que no te ama o que no eres la persona que desea a su lado.

• Aceptas tener relaciones sexuales, incluso con tu pareja, pero en realidad no quieres. Cedes para satisfacer sus deseos, para “tenerle contenta”, “para cumplir con tus obligaciones”, “para que no se vaya con alguien más”.

Cuando cambiamos el “debo de…” por un “deseo que…” u “opto por…”, la vida se vuelve más simple y armoniosa. Dejamos de obligarnos y destruirnos con las actividades y actitudes diarias.

Hacemos lo que verdaderamente deseamos o lo que pueden ser “responsabilidades” pero con una actitud de aceptación y agrado.

Bienvenida la vida, bienvenida la libertad. Feliz nuevo comienzo.