Por andar mordiendo la rosca de donde no se debe ¡les salió el niño! El castigo para estos gruperos no fue dar tamales, sino dar para los pañales, biberones, ropita y aceptar su paternidad.
Por Stephanie Ochoa
@StefyOchoa
Después de haberse aventurado con alguno de estos gruperos jugando a comerse la Rosca en la vida real, quienes no en todos los casos respondieron, algunas madres siguen en la batalla por conseguir la pensión alimenticia o el apellido. ¡Conoce a los que les gusta seguir esta tradición mexicana!
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