¿Por qué no existe película de El Chavo del 8? Las razones por las que Chespirito se negó rotundamente

En el capítulo 8 de la serie “Chespirito: Sin querer queriendo”, uno de los temas centrales es el desarrollo de una película inspirada en El Chavo del 8 o del Chapulín Colorado, personajes más famosos de Roberto Gómez Bolaños.

Sin embargo, tras las insistencias de Ernesto Figueras (Emilio Azcárraga Milmo) el comediante se mantiene firme a su primera respuesta: no se realizará ninguna película porque esos personajes están hechos para la televisión. Aunque le da una alternativa.

El Chanfle sería entonces la película que crearía Chespirito, aunque no explica por qué no quiso utilizar a sus queridos personajes. ¿Qué pasó por su cabeza cuando le hicieron esta propuesta? Esto contó en su libro.

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La vez que Chespirito se negó a hacer una película de El Chavo

Mientras que en la serie Roberto le dice a Figueras que “sus personajes no son para el cine”, la respuesta de Chespirito existió, en otro contexto y con otras personas, pero con la misma intención.

Cuenta que una vez Valentín Pimpstein, productor reconocido de Televisa, lo invitó a su casa a cenar, donde en compañía de Fabián Arnaud, productor de cine, le propusieron realizar una película no solo actuada por él, sino también escrita y con carta abierta para elegir a su director y al elenco.

Imagen: Redes Sociales

Cuando le hicieron la pregunta “¿Qué crees que sea más conveniente: El Chavo del 8 o el Chapulín Colorado?” el contestó “Ninguno de los dos”. Y su principal razón ni siquiera fue algo lógico, sino una corazonada.

“Mi decisión era seguramente producto de un acto intuitivo algo que me señalaba veladamente que ninguno de mis dos personajes era adecuado para la pantalla grande pero fue hasta algún tiempo después cuando pude encontrar una explicación razonada con esta intuición”, escribió Chespirito.

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Las razones por las que se negó

En esta misma parte de su libro, ahonda en los motivos por los que no quiso películas de El Chavo del 8, del Chapulín Colorado o de algún otro de sus personajes que lo hicieron famoso, pero sí de un nuevo personaje, uno que se quedara en la pantalla grande.

Con respecto a El Chavo, Roberto decía que era complicado llevar el escenario tan representativo de su personaje, la vecindad, al cine, además de la complejidad de encontrar un argumento que no hubiera mostrado ya en la serie. Finalmente, también aludía a su edad.

“Me resultaba grotesco imaginar mi rostro proyectado en el enorme tamaño que acostumbra al cine. Es verdad que yo nunca había pretendido hacer creer que era un niño (…) pero entonces yo ya tenía 48 años y a pesar de que conservaba la agilidad necesaria, las arrugas harían poco menos que imposible los acercamientos de la cámara”, recordaba Chespirito.

Sobre el Chapulín Colorado, menciona que si bien la televisión le daba oportunidad de mostrar “trucos más espectaculares”, en el cine tenía que serlo aun más, y que el costo de producción se elevaba mucho, lo que lo hacía “prohibido” para cualquier empresa mexicana.