¿Y si la familia de Jenni Rivera empezara de nuevo?

Lupillo, Juan Rivera, no estaremos aquí para siempre

El cerebro se mete hasta en tu cama, te pregunta, te reclama, te dice que tengas cuidado, que hagas siempre lo mismo. El corazón te hace sentir plenamente, vivir sin cuestionarte y tomar las mejores decisiones.

Por Montserrat Rivera Sena.

Decía Facundo Cabral:

“Si quieres escuchar al corazón hay que hacerlo antes de que intervenga la mente.

El corazón sabe escuchar, la mente es la que dice “está bien”, “está mal”.

El corazón sabe porque siente, el cerebro quiere siempre explicar.

El corazón sabe que en la vida se nace para amar, el cerebro busca razones, separa a la gente en países, colores, religiones.

El cerebro está loco”.

Desde el cerebro nos aferramos a lo que ya no existe, a que la vida sea como queremos y no como es.

En el corazón encontramos ese espacio mágico para empezar de nuevo, ese que queda cuando aprendemos a desapegarnos de cosas, personas y momentos, y nos permite recibir lo nuevo.

El corazón nos deja soltar y ser libres, renovados y despiertos.

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Y cuando leo sobre los problemas que tiene la familia de Jenni Rivera, sus conflictos por dinero y trabajo, por las declaraciones que hacen unos y otras, por suposiciones o conjeturas, no dejo de pensar en que todos y todas están viviendo desde sus pensamientos que les dicen lo que les conviene o no, desde su cerebro que habla para defenderse o para huir, desde su mente que les hace creer que “van ganando una batalla”.

Quizá, dejando de vivir desde el corazón que les permitiría ser una red de apoyo entre unos y otras para mantener a su familia unida y continuar difundiendo la música de Jenni Rivera, que tal vez, hasta les llevaría a ganar dinero en conjunto.

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Ya así en confianza…

Si pudiera sentarme a tomar unos tequilas con Lupillo o con Juan Rivera, seguro que me atrevería a compartirles que somos seres suavecitos, que no estaremos aquí por siempre y que nada vale la pena para vivir peleando ni sufriendo.

Que la vida  te sacude a cachetadas y necesitamos dejar de preocuparnos por lo mismo de siempre.

A veces debemos saltar al vacío y permitirnos ser vulnerables para poder empezar de nuevo, dejar atrás a las situaciones que nos enferman, la comodidad de las circunstancias, y aventurarnos a vivir en la incertidumbre.

Ocuparnos de nuestros sueños sin miedo y sin aferrarnos a lo que fue antes. Comenzar a vivir de una manera diferente, desde el corazón, que seguro nos llevará al éxito y a la fortuna, porque lo que se hace desde el corazón, no hay manera de que salga mal.

Pero yo solo de metiche, porque seguro que ellos tienen sus propias herramientas para cuidar de sus propios corazones y del de las personas que aman.

Bienvenida la vida, bienvenida la libertad. Feliz nuevo comienzo.

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