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Salir de la prisión y perdonar. Conoce que es el perdón y que no lo es.

Por: Montserrat Rivera Sena 12 Ene 2024

Salir de la prisión y perdonar. Conoce que es el perdón y que no lo es.

A veces nos cuesta mucho trabajo pensar en perdonar quizá porque creemos que es un símbolo de debilidad, que estamos perdiendo ante quien nos  lastimó u ofendió o que “se está saliendo con la suya”.

Perdonar es uno de los mejores regalos que podemos darnos, nos devuelve la paz mental, la tranquilidad y la libertad.

Por Montserrat Rivera Sena.

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¿Perdonarías que te mientan? ¿Una infidelidad? ¿Qué te hayan agredido física o emocionalmente? Ojalá que sí, porque cuando puedes perdonar a una persona, una situación o a la vida misma, te liberas de una “prisión interior”.

A veces nos cuesta mucho trabajo pensar en perdonar quizá porque creemos que es un símbolo de debilidad, que estamos perdiendo ante quien nos  lastimó u ofendió o que “se está saliendo con la suya”.

Perdonar NO es:

  • Reconciliarnos o volver a cooperar.
  • Olvidar lo que sucedió.
  • Justificar a la otra persona.
  • Permitir que vuelvan a lastimarme.
  • Un regalo para quien nos dañó.

La prisión interior.

 Cuando vivimos experiencias desagradables o dolorosas, pensamos una y otra vez en lo que sucedió y entonces, volvemos a pasar por la misma vivencia todas la veces que pensamos en ella, sintiendo nuevamente el mismo dolor, el mismo resentimiento, el mismo enojo, los mismo celos, la misma frustración.

Esta tortura nos lleva a estar en una prisión interna en la que sentimos que vamos a enloquecer.

Este proceso es natural en el cerebro, sucede con la intensión de protegernos de que algo igual o similar nos vuelva a suceder. El problema es que cuando vivimos mucho tiempo en la prisión interior podemos “amargarnos” y dejar de disfrutar lo que tenemos en frente.

Salir de la prisión y perdonar. Conoce que es el perdón y que no lo es. 0

Perdonar SI es:

  • Cuidarme a mí misma, mis pensamientos y emociones.
  • Darnos cuenta que la vida no sucedió como esperábamos, pero que aún así podemos enfrentarla con sabiduría y paciencia.
  • Conectar con todas las emociones que nos hace sentir la experiencia que estamos viviendo: dolor, reclamo, rabia, tristeza. Es un proceso interno para aliviar eso que sentimos y que no nos gusta.
  • Entender que las actitudes, decisiones, sentimientos y necesidades de otras personas no están en nuestro control.
  • Reconocer que todos y todas hemos lastimado a otras personas. A veces de maneras que nunca vamos a saber.
  • Llegar a un punto donde recordar la historia ya no nos cause más dolor, miedo, frustración, etc.
  • Darnos cuenta que en el perdón se recupera la auto confianza, que se vive como un inmenso logro y aprendizaje.
  • Dejarnos de sentir vulnerables y volver experimentar ligereza, libertad y felicidad.

Es muy importante dejar claro que si en este momento tu integridad, tu seguridad o tu vida están en riesgo, si convives con quien te agrede, será mejor no trabajar perdón.

Antes, DEBES PONERTE A SALVO y luego de un proceso podrás llegar a perdonar.

Bienvenida la vida, bienvenida la libertad. Feliz nuevo comienzo.

 *Con información del Instituto de Ciencias para el Florecimiento Humano.

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