Donde un día fuimos felices, quizá ya no lo seamos, porque vamos cambiando y no podemos quedarnos apegadas; Ya no somos los y las mismas de antes.
Soltar a las personas, trabajos, situaciones o lugares, es quizá uno de los pasos más difíciles que daremos en la vida. Implica comenzar de nuevo, pero la buena noticia es que cada vez que empezamos podemos hacerlo con más calma y amor a nosotros.
Por Montserrat Rivera Sena
Dice Andrea de la Escuela de Amor.
La otra persona no puede, no quiere, no está disponible. Convencer, insistir, forzar, no son opciones para estar con alguien. Hay un empleo donde no valoran tu tiempo, tu energía ni tus conocimientos, no puedes obligarles. Tienes una amistad que no te cuida y no te respeta, no persigas a quien no te aprecia. Quien no te aprecia no te va a cuidar jamás.
Pero el dolor que llega al aceptar un final, terminará con todas tus noches de insomnio, con tus preocupaciones, con el hueco en la panza, con la tolerancia desmedida, con las enfermedades, con el cansancio extremo, con la falta de dignidad, con el estrés y la amargura.
Ese dolor cerrará tu pasado y dará la bienvenida a las personas que sí quieran, a los lugares donde sí sonrías, a una nueva etapa donde seas como eres, donde construyas y compartas. Es ahí donde podrás recibir lo nuevo y ser libre.
Es real que donde un día fuimos felices, quizá ya no lo seamos, porque vamos cambiando y no podemos quedarnos apegadas a una profesión, a una casa, un empleo, a una ciudad, a las personas.
Ya no somos los y las mismas de antes. Demos paso a nuestra nueva versión y también, respetemos a esas personas en las que se han convertido los otros y otras, porque cuando queremos cambiarles o les pedimos que sigan siendo como eran antes, dejamos de honrar y valorar su vida. Todos y todas cambiamos, avanzamos y seguimos nuestro camino.
Avanzar es encontrarnos con quienes somos, con esas personas en quienes nos hemos convertido.
Para poderlo ver, a mí me gusta ponerme fuera de la escena y preguntarme:
– ¿Qué le diría una persona que amo mucho (mi amiga, mi hermano, mi madre, mi hijo, etc.) si estuviera viviendo esta situación?
Mi respuesta siempre es: busca tu paz, si no te da paz, aléjate.
Y la paz la encuentro haciendo mis listas de cuáles son las condiciones que sí podría negociar y cuáles NO son negociables para mí.
Me apego a mis listas y no intento negociar lo que es NO negociable. Por ejemplo:
Bienvenida la vida, bienvenida la libertad. Feliz nuevo comienzo. Si quieres platicar sobre este y otros temas, escríbeme a mensajemontse@gmail.com o búscame en IG como montseriv https://instagram.com/montseriv?r=nametag